Sal

A veces, no nos damos cuenta y echamos más sal de la que debemos a la salsa que acompañara un plato o ensalada. Si te ha ocurrido, agrega una cucharadita de azúcar glas y remueve muy bien. Prácticamente no notaras el sabor salado que se preveía y saldrás del paso.
Para que la sal de tus saleros de mesa no se apelmace, envuelve el recipiente en papel de aluminio y ciérralo bien.
Salsas

Si quieres conservar la salsa que ha sobrado en una cacerola para calentarla más tarde, esta debe ser de acero. Si no es así, traslada la salsa a un recipiente de cristal o plástico para alimentos.
 Saltear verduras

Si te preguntas por qué razón las verduras que salteas o rehogas quedan siempre blandas, seguramente es por un exceso de agua. Si quieres que no te vuelva a ocurrir, retira el exceso de agua de espinacas, acelgas o cualquier otra verdura, con ayuda de una centrifugadora hasta dejarlas bien secas después de lavarlas.
 Sardinas

Si te gustan las sardinas pero te desagrada el olor que dejan en la casa, prueba a cocinarlas en el horno durante 10 minutos condimentadas con hierbas aromáticas.
 Sepia

En las pescaderías habrás visto que se venden sepias limpias y otras sucias. Por lo general, las sepias “sucias” suelen ser más tiernas. Pero pide al dependiente que elimine la piel ya que no es fácil retirarla en casa. Si temes que la sepia que has comprado no salga tierna, congélala y veras que cuando la utilices resultara de lo más jugosa.



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